Pedir Ayuda

El pedir ayuda, de manera genuina y con humildad para muchos es uno de los más grandes retos a vencer.

Aceptar que no puedes resolver una situación, que no tienes la capacidad o las herramientas a la mano, entender que apalancándote con las personas que te rodean puedes resolver las situaciones de mejor manera, envisionar que existen otras soluciones que se encuentran fuera de tu propio campo de visión y que tal vez otros pueden guiarte sin caer en una dependencia es un ejercicio muy interesante.

Hay una gran diferencia entre quitarte la responsabilidad encima, encargando a otro a resolver “tus asuntos” y pedir apoyo con plena consciencia y responsabilidad,  haciendo equipo, apalancándote de otros.

Sin embargo es difícil distinguir a veces entre una forma u la otra.

Llegué a entender que en el pedir esta la diferencia.

Es importante dejar las emociones y el ego a un lado.

Es necesario evaluar a fondo la situación, trazar el camino a recorrer y  planificar los pasos a dar.

Cuando llegas a este punto en el cual entiendes que no puedes solo con alguna situación, por más sencilla o complicada que parezca, y pides el apoyo, solito se empiecen a dar las soluciones ya que al hacerte al 100% consciente, se abre tu mente hacia más opciones, te brinden el apoyo solicitado o no.

A dónde voy con esto?
Estoy aprendiendo a pedir ayuda, es revelador en muchos aspectos poder medir con quién cuentas y con quién no, es liberador aceptar que no puedo con todo pero que si cuento con una red de apoyo que tiene las respuestas.

Y aun que la persona a la cual me dirigí para pedir ayuda me dijo que no, el universo escucho mi solicitud y me pone a las personas adecuadas y respuestas en frente para poder resolver las situaciones con las que necesito ayuda.

Cómo algún día un gran maestro me dijo…”pide con osadía”. Si pedimos ayuda desde el corazón y sin malicia, el apoyo llega de una u otra manera.